¿Cómo definir un afrodisíaco? Digamos que es cualquier sustancia
o actividad que estimula el deseo sexual.
Algunos tienen fundamento científico, pero la mayoría actúa por pura y simple sugestión. Cada cultura y cada persona reaccionan ante ellos a su manera. Algunos afrodisíacos funcionan por analogía, como las ostras en forma de vulva o el espárrago claramente fálico; otros por asociación, porque nos recuerdan algo erótico como sucede con los aromas. En general cualquier cosa con nombre francés parece afrodisíaca. No es lo mismo callampas con ajo que champignons a la provençale, pan con huevos de pescado que croque-monsieur au caviar. El mismo criterio se aplica a la hora del sexo en lo que a la técnica se refiere. Es más seductor disponer de nombres elegantes y sugerentes para las diferentes posturas, como el requete-contra conocido kamasutra y otros manuales eróticos del lejano oriente nos enseñan. No es necesario recordar los auténticos, usted puede inventar y nadie notará la diferencia: Delicada Mariposa en Salto Mortal en vez de tírate del ropero como el gato volador…o Flor de Loto Desmadejada en Laguna con Patos que agáchate y ponte a lo perrito….y otros por el estilo. Invente nombres, use su imaginación.
Sin duda que si hablamos de afrodisíacos en realidad estamos hablando de cualquier estimulante que abra los sentidos y en este caso los sensoriales son los más efectivos: juegos atrevidos, masajes, espectáculos, literatura y arte eróticos. En toda falocracia los afrodisíacos son muy importantes, dadas las limitaciones del caprichoso apéndice masculino, que suele desmayarse no sólo por debilidad o edad del propietario, sino también por aburrimiento, estrés, o simplemente porque se taimó. Desde que los hombres tuvieron la equivocada idea de basar en ese órgano de su anatomía su superioridad sobre las mujeres, comenzaron a tener problemas… En cuanto al tamaño, francamente no se justifican los nombres de armas o
instrumentos que suele recibir, puesto que la mayoría de las veces ‘loly’ sería un término bastante justo y real. Basta mirar bajo el ombligo de un hombre para calcular cuánta ayuda requiere para mantener la moral en alto, de allí proviene el interés por los afrodisíacos.
La relación entre comida y sexo ha sido un tema constante en todas las culturas. Los afrodisíacos son el puente entre gula y lujuria. En un mundo perfecto supongo que cualquier alimento natural, sano, fresco, atractivo a la vista, sabroso y liviano —es decir, las mismas virtudes que uno desea en su pareja— sería afrodisíaco, pero la realidad es lamentablemente casi todo lo contrario. En la búsqueda incansable de fortalecer el frágil miembro masculino y curar la indiferencia de las mujeres distraídas, se llega al extremo de tragar polvo de cucarachas, aletas de tiburón, sangre de animales para terminar después entubado en la posta con una diarrea fenomenal.
El mejor afrodisiaco es algo tan simple como la ecuación de las 3 R en inglés: Right person, Right moment, Right place (la persona correcta, el momento apropiado y el lugar ideal) si a esa ecuación le agregamos un 4to elemento: la cena perfecta; las posibilidades de éxito y de terminar en una noche loca de placer carnal aumentan significativamente.
Les dejo entonces una receta para que experimenten con el cobayo de siempre…o con el de turno….
Los mariscos se consideran del más alto valor
afrodisíaco, sobre todo las ostras. La palabra afrodisíaco viene de
Afrodita, la diosa griega del amor, nacida del mar, después que
Cronos castró a su padre y lanzó los genitales al agua, una forma
algo rebuscada de fertilización, pero en ese caso funcionó bien y
la hermosa Afrodita fue procreada en la espuma de las olas. En la
célebre pintura de Boticelli, El nacimiento de Venus, la diosa
emerge del mar sin más vestido que su largo cabello, de pie sobre
una concha de ostión gigante. Los mariscos son deliciosos y no
requieren complicados ni largas preparaciones, muchos se sirven
crudos con pimienta, limón y un poco de cilantro. Además, como
rara vez tienen ojos expresivos y voz audible, parece que
carecieran de alma y no da tanta lástima comérselos.
CAMARONES AL AZAFRÁN con pasta al dente
Recuerde que el azafrán es considerado un poderoso estimulante en Oriente.
Ingredientes
8 camarones grandes pelados y
limpios
1/4 kg de pasta farfala (en
forma de corbatitas o
mariposas)
1/2 taza de queso mascarpone
(si no lo encuentra, puede
usar queso crema philadelphia
1/2 cucharadita de azafrán en
polvo
1 cucharadita de aceite de
oliva
1 cucharada colmada de
mantequilla
Sal, pimienta, una pizca de
páprika y otra de ajo en
polvo
Preparación
Fría los mariscos en mantequilla con sal y
pimienta.
Al fondo de la fuente donde servirá la pasta, bata el
queso con una cuchara y agregue de a poco el
azafrán hasta obtener una crema amarilla homogénea.
Añada sal, pimienta, ajo y páprika, revuelva bien.
Cocine la pasta en 8 tazas de agua caliente. Cuélela
(debe quedar al dente). Agregue el aceite y revuelva.
Vierta de inmediato sobre el queso y revuelva bien.
Ponga encima los mariscos y sirva al instante.
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