Las calugas Suny de Calaf y las Toffee de Ambrosoli no las cambio por ninguna otra delicattessen moderna o cara a la hora del placer culpable de comer algo dulce por el simple gusto de premiarse por algún logro o consolarse por alguna pérdida, generalmente sentimental.
Debe ser que mi paladar funciona en gran parte con recuerdos y emociones, busco siempre los olores y sabores que me evocan recuerdos agradables. Mi mamá siempre tenía un sahnne nuss en el velador, el chocolate y un libro, los mejores amigos de una mujer que adoptó la soledad como una manera de vivir en paz.
Vi en el supermercado esta bolsita de Calugas Toffee de reojo mientras esperaba en la fila de la caja, la sugerente palabra ‘Postres’ impresa en letras grandes y deliciosamente curvadas hicieron click en mi receptor de ‘cosas ricas generadoras de endorfinas’ y voilá, la compré para compartirla con mis tres crías golosas, igual que yo, adictas al azúcar.
Son exquisitas, vienen en los sabores de 3 postres : tiramisú, cheesecake y pie de limón. Las de tiramisú con aroma y sabor a café express, te transportan a un starbucks, lujo del que obviamente carecemos en este lugar. Las de cheesecake tienen ese sabor ácido de las frambuesas y un gustito a crema de queso, muy ricas. Las de pie de limón al igual que las de cheesecake son mas bien ácidas pero no al punto de tener la textura de un masticable común, sino más cremosas.
Supongo que como todo lo bueno dura poco, esta va a ser una edición limitada de Ambrosoli, así es que cuando vayas al supermercado hecha unas cuantas bolsas para guardar y otras cuantas para mandar a tus amistades o parientes que viven fuera de Chile.
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